domenica, dicembre 10, 2006

El Sir y sus malas decisiones


Ete aquí otra vez en mi torre en Toscaza, con mi pequeño lápiz en la mano y tratando de comunicarles esto que acontece.
Pobre My Lady ella me advierte y yo me ago el obstinado y hago el que no la escucho, pero se que cada vez que ella me habla va a tener juicio. Y es que este año con las damiselas he sido un desastre.
Primero la del baile ¿ recuerdan? Todavía hablo con ella pero no ha demostrado verdadero interés, aun mas ahora que sabe que soy un Sir. Y a pesar de hacerle miles de invitaciones para pasear ella me rechaza, eso no le hace bien al ego de un hombre mas el de un Sir.
Y segundo, hace bastante que con Mi amigo el “Sir Bladimir” al volver de nuestras luchas siempre terminábamos en la casa de una señora, ya un poco mayor, pero muy amable, ella nos daba alberge y comida hasta que se hiciera de día, miles de veces nos escondió aun a costa de peligro de su vida. Y un buen día algo en mi floreció, no estaba acostumbrada a tanto cuidado, y mas no viniendo de mi Lady que es la única que siempre me da consuelo, tal vez será por la falta pero algo de simpatía influyo en mi.
Deben comprender que no todas las damas están dispuestas a ofrecer su casa para que sea el escondite de los soldados del reino y atreverse a hacer todas esas cosas, desde ya mi Lady siempre le manda sus gratitudes y leña en el invierno y agua fresca en el verano, aunque esto a veces le traiga problemas a Mi Lady.
Siempre con mi fiel compañero Bladimir hablamos de los favores de esta campesina. Resulta ser que una mañana al volver veo que Bladimir le trae un ramo de flores a la señora, se acerca habla con ella y ella le roba una sonrisa.
Otra vez el Sir escogió mal y no va a reprocharle a su eterno compañero de sus actos. Pero es así como todavía sigo en esta torre solo, solo consolando los sollozos de mi lady que es la única que siempre me cuida.