martedì, giugno 15, 2010

Inadaptaciones


La verdad es que me niego; si plenamente y totalmente negado a una idea incipiente que surge desde los bortices de esta idea.

He consultado con muchos pajes con muchos plebeyos y hasta doncellas; todos parecen converger a la admisión.

Parecen catalogar al amor como algo fortuito, como una sucesión de eventos que surgen casi por azar. Un varón invita cordialmente a una dama a una velada y ella con pudor acepta. Se desarrolla el solemne acto de forma amena y regular sin precipitaciones, por esta razón ella no se atemoriza del joven y todo continuo su ritmo. Se suceden varias veladas en donde la dama se siente confortable, jugando con el joven, hasta el punto en que le simpatiza…y esa gente expresan que así surge el idilio.

Los repudió minimizan al amor, lo ponen como una cuestión fortuita que puede ser de ocurrencia cuasi eventual. Estos creen que el amor es como una carta epistolar eventualmente suele llegar… como las golondrinas en verano, como las hojas de otoño al piso de esta torre, como el ocaso en Toscana.

Puede ser que me este poniendo añejo, que me he vuelto más pretencioso… que soy un idealista, desmesuradamente sensible, que mi soledad se me ha vuelto tan carne que ciertas prácticas son inauditas en mi persona… si podrán alegar miles de cosas de este Sir; pero jamás decir que no soy un romántico, de esos de conmociones de vivencias apasionadas… por eso no rehusó a la idea de que el amor es meramente coincidencias en tiempo y espacio¿¿En donde queda esa sensación de sentir salir el corazón del pecho cuando la hermosa damisela pasa?? ¿¿A dónde caben todos esos sollozos al recordar como es la textura de su piel o el color de su sonrisa??? ¿¿ A quien trocar esos sueños que nos acercan al edén??... podrán decir. Este Sir es más feliz pensando que es algo mágico y excepcional que solo efímeras personas pueden generar en el alma de uno.