domenica, ottobre 09, 2011

Feliz y contento

Hoy me puse a reflexionar en mi torre en medio de sollozos y lagrimas. No son tiempos fáciles, después de una grave enfermedad que Dios ha querido sobrellevar. Me toco librar una gran batalla en la cual he fracasado. Como dice el dicho la historia la trazan los victoriosos, así que yo escribo esta página.

Era una victoria importante para mi pueblo, en verdad para este Sir, que últimamente no conoce de victorias.

Ella la que ha pasado sin pena ni gloria en este estío, luego de haberla custodiado, vigilado, atendido en sus peores miserias y con las pocas monedas que tiene este Sir hacerle algunos regalos para levantarle su autoestima. Ella tiene nuevos planes… nuevas paseos, nuevas amistades… y este servidor… que ha sido derrotado ya es olvidado.

Y por más que sepa que me encuentro en la torre, solo y compungido no le interesa mi estado de salud.

Es irónica la vida, si que lo es. Hace unos días cuando emprendía mi viaje hacia el campo de batalla me tope con el Sir Gawain, quién supo llevar servicios para mí, con el cual hemos batallado las peores batalles, vivir los mejores y peores momentos. El se ha retirado del servicio, pues ya ha formado una familia y se ha alejado de todo servicio al cual un Sir puede prestar. Más luego jamás ha pasado a visitarme, ni siquiera cuando tuvo noticias de mi peste, ni de mi retirada momentánea de los servicios por problemas anímicos.

Y en medio de la pasada con los caballos y el cargamento para la batalla, me cruza y me dice: “Me alegra notarte feliz y contento”.

Si este Sir es algo que no tiene es esas dos cualidades, es una pena que ese tono irónico se vuelva contra mi, unos días después. Sabiendo todo lo que luche contra la peste y lo que me ha costado juntar las fuerzas para esa batalla. Pero después de todo parece que este Sir va a quedarse solo y olvidado por un tiempo en esta torre.

domenica, maggio 15, 2011

Historias de esquinas rotas

Retornando a mi poblado de Toscana, camino por las pequeñas ciudades, veo muchas esquinas que me rememoran historias inventadas. Así dejo pasar el tiempo y me concedo confundirme algunas esquinas para poder evocar mejor algunos sentimientos.

Esquinas de evocaciones rotas, quebradas de algunos momentos de dicha.

El momento elucidario es cuando me aproximo a la morada de “ella”; los instantes donde el corazón se acelera, como si en las periferias uno pudiera olor un poco de esencia y aunque sea inútil, no dejo de creer que es así. La tonta ilusión de que al menos por esos segundos estoy más cerca de ella.

De pronto en las contigüidades del castillo de Mi Lady… veo el carruaje de “ella” aparcado. Mi corazón que se desespera de sentir… aunque sea verla pasar, aunque sea me conforma con saber que su sombra esta cerca. Esta lejanía absurda que duele y penetra en el pecho como mil dagas con oxido que no dejan sangrar. La ilusión, la idea… el seguir, el sentir solo instantes como se sale uno de sus mismos cabales.

Pero en vano es… hago llegarle a “ella” por intermedio de mis pajes tan bienaventurados una confesión de amor y me arrepiento de haberla escrito, de haberla siquiera invocado. Es una de esas declaraciones de amor en vano, que están muertas ni bien nacen, ni bien salen de estos dolidos labios que solo sueñan con besarla

lunedì, marzo 07, 2011

Esperando al angel negro

Foto: Julia Lo Medico

El Sir vuelve a escribir una vez más... esta vez más desahuciado, vencido y cansado por el dolor de un nuevo amor.

He sido victima de la desidia, el descuido, el olvido… este pobre servidor que se enamoro una vez más de quien no debía ser… recapitulo, no quería ser.

Horas pasadas en vano, gestos, dedicaciones de amor, epístolas a alguien que me ha guardado en el cajón de sus peores recuerdos.

Es así que me he quedado con lo peor de mi… es así que mi ser amisismo dejo de ser, por eso he retornado mis escritos; intimando de buscar en mí, esos pedazos que ya no se atinan hoy en día.

Al parecer uno que trato de ayudar termino haciendo mas daño. Pagar… la ayuda propia con el destino ajeno…

Afortunadamente he topado nuevos acompañantes en esta soledad pagada con lamentos y sudor… este ángel negro que me custodia y florece desde las profundidades de la lejanía solo para evocarme que yo era otro hombre…. Uno bien distinto que miraba la vida con otros ojos. Las charlas ayudan al alma… hacen compañía pero no sacan esta angustia metida en el pecho que no me deja adormecerse…

Y diluyéndose mis alegrías… mis ganas… mis amor… del que solo quedan estas cenizas, burdas que solo aguardan aquietarse y dejar de arder.

Solo tengo este corazón que no deja de latir pero no lo puede hacer en paz.

De fondo esta melodía que no deja de repetirse en mi mente.

Ay vieja historia de amor de los sueños castrados Ibas buscando esa flor con los ojos febriles Uno tendrá que sufrir o morirse de olvido Dije queriendo pensar que quisiera creerlo En mi puñal solo hay tierra y nada que deba asustarte Por quererte doy mi sangre y la bebo Ay vieja historia de amor de los sueños castrados Ibas buscando esa flor con los pies entre el barro Uno tendrá que sufrir o morirse de olvido. Dije queriendo pensar que quisiera creerlo En mi puñal solo hay tierra y nada que deba asustarte Por querer te doy mi sangre y la bebo Yo escarbaría la piedra y yo quemaría las naves Clavaría mil puñales por quedarme contigo